Los intercambiadores y la industria láctea
Los intercambiadores y la industria láctea están estrechamente ligados ya que el calor representa un aspecto fundamental del procesamiento de los productos. Se puede decir que cuando se emplean generan en los productores que confían en ellos para garantizar que sus productos lácteos cumplan con los estándares de la industria y sean seguros para el consumo. En nuestro artículo de hoy queremos decirte cómo es que funcionan.
Los intercambiadores de calor y la industria láctea
La leche es un fluido relativamente estable que presenta pocos desafíos en términos de manipulación y procesamiento. Las empresas lácteas utilizan intercambiadores de calor de placas para regular su temperatura. Los utilizan también en procesos como la pasteurización, la esterilización y otras operaciones de procesamiento de alimentos.
También otros productos lácteos, como el yogur, la mantequilla y el queso, requieren diferentes temperaturas de procesamiento y almacenamiento. De otra forma, sus parámetros principales pueden verse afectados por los procedimientos de rutina. Es importante que las empresas que procesan productos lácteos tengan el intercambiador de calor que mejor se adapte al tipo de producto que elaboran. Algunos parámetros pueden ser la textura del producto, la viscosidad, el tamaño de las partículas y su comportamiento durante la producción y el procesamiento de rutina.
Antiguamente los productos lácteos se consideraban una fuente potencial de infección ya que son un medio de crecimiento ideal para muchos microorganismos que pueden causar enfermedades nocivas como la tuberculosis y el tifus. Mediante la pasteurización todos los organismos patógenos comunes que probablemente se encuentran en la leche son destruidos mediante un tratamiento térmico relativamente leve. Esto es lo que hace que el producto sea aséptico y sólo afecte ligeramente las propiedades físicas y químicas de la leche.
La leche y el calor
La capacidad de controlar la temperatura del producto lácteo en todas las etapas de procesamiento es uno de los aspectos más importantes para garantizar la calidad del producto en la industria láctea. El calor se puede transferir de tres formas: conducción, convección o radiación. La conducción y la convección son los dos métodos más comunes utilizados por un intercambiador de calor para regular la temperatura de una sustancia. En un intercambiador de calor de placas, se coloca un tabique entre el producto (leche) y el medio de calentamiento o enfriamiento (agua).
La mayoría de los productores de lácteos utilizan un proceso conocido como calentamiento y enfriamiento regenerativo para regular la temperatura de sus productos lácteos. El ejemplo más claro de este tipo de tratamiento térmico es la pasteurización. Durante la pasteurización, la leche fría se calienta, pasando de 4 °C a 72 °C aproximadamente, y se mantiene a esta temperatura durante 15 segundos; luego se enfría a 4 °C nuevamente. El calor de la leche pasteurizada se reutiliza, se emplea para calentar la leche fría que ingresa subsiguientemente. La leche fría se calienta con la alta temperatura de la leche caliente que ha salido que, a su vez, se enfría simultáneamente. Estos procesos ocurren en un intercambiador de calor y se llaman recuperación de calor. Se puede reciclar hasta el 94-95 % del contenido de calor de la leche pasteurizada.
El papel de los intercambiadores
Los intercambiadores de calor de placas son el método más común y eficiente de transferencia de calor diseñado específicamente para productos fluidos. Tienen como funciones principales:
Maximizar los tiempos de ejecución
Promover la facilidad de limpieza
Y mantenerse al día con las tendencias alimentarias en constante cambio.
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