Lo más nuevo en tecnología para calderas de agua

Hace ya algún tiempo surge la necesidad de mejorar los procesos térmicos para reducir el gasto energético en los países industrializados. Surgieron las calderas de agua para favorecer a ciertos procesos. Al día de hoy la fabricación de calderas de última generación apuesta por la aplicación de técnicas de baja temperatura y condensación, de las cuales te hablaremos en el artículo de hoy.

Las calderas de agua

Tras la crisis del petróleo surge la necesidad de reducir el gasto energético. Uno de los caminos a seguir consistió en la mejora de los procesos térmicos. Tiene como base la reducción de las pérdidas de energía en los procesos industriales de combustión, aplicados a los servicios de calefacción y producción de agua caliente sanitaria.

Las primeras calderas tenían la capacidad de modular la temperatura de funcionamiento sin problemas de condensación, consiguiendo importantes ahorros energéticos. Después surgieron las calderas de baja temperatura. Son las que están diseñadas para condensar de forma permanente una parte importante del vapor de agua contenido en los gases de combustión.

Sin embargo, el avance de la tecnología dio paso a mejores formas de obtener provecho con este tipo de calderas.

Los diferencias entre las dos

Las calderas convencionales requieren mantener una temperatura de agua media de trabajo, que impida la aparición de condensaciones en el interior de los tubos de humos y en el colector de humos. Corren el peligro de que las condensaciones se agudizan aún más. Sobre todo cuando el combustible empleado tiene azufre en su composición porque provoca la aparición de ácido sulfuroso y sulfúrico. Esto es altamente corrosivo para los componentes de la caldera. Provocan la corrosión interna de las paredes.

En cambio las calderas de baja temperatura basan su tecnología en la utilización de superficies calefactoras de doble pared de 6 mm de espesor con cámaras de aire. De esa manera, son capaces de dosificar la transmisión de calor y evitar la producción de condensaciones. También permite reducir la temperatura del agua en el interior de la caldera hasta los 40º. Por ello no se producen condensaciones y se consiguen las temperaturas de salida de humos de hasta 130º. Eso sí debemos decir que esto depende del tipo de combustible que utilicen. Con ello se consiguen rendimientos estacionales entre el 93 y el 95 %. Además hay que añadir la reducción de pérdidas por convección, radiación y transmisión, mediante la dotación de un perfecto aislamiento térmico, impiden fugas de calor indeseadas. También este tipo de técnica permite la reducción de emisiones contaminantes, por reducción del tiempo de funcionamiento y por el menor número de arranques del quemador, momento en el que las emisiones contaminantes son mayores.

Como verás hay diferencia entre los tipos de calderas de agua. Esperamos que nuestro artículo te sea de utilidad y quedamos como siempre a tus apreciables órdenes.

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